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Foto del escritoracueval83

Hovik Keuchkerian

Actualizado: 4 abr





“No es cierto que un poeta no te pueda noquear, no es cierto que un boxeador no sepa acariciar. No es cierto que un verso no pueda arrancarte la cabeza. No es cierto que un humorista no te pueda hacer llorar y pensar. Hovik Keuchkerian no es sólo un doble campeón de España de los pesos pesados sino que es un hombre capaz de hacer pedazos todas las certezas.” Javier Gallego



HOVIK KEUCHKERIAN


Mi suegra suele decir: “soldado advertido

no muere en guerra”;

un viejo adagio, asimismo, afirma

que nadie puede quedar K.O.

si ve venir el golpe e imagina

no ser derribado.

Dichas aseveraciones

(aparentemente falsas)

no evitan esa negligencia mía

por la cual siempre acabo

con la boca llena de sangre

o un ojo fuera de su órbita.

Y es que la voz

de Hovik Keuchkerian,

a veces, me visita y me alecciona

en la exasperante sapiencia

del aporreamiento.

Golpea Hovik

a toda Keuchkerian,

crepitan las cuerdas;

me tambaleo desesperado

esgrimiendo trazos cortos

y bizantinos juegos de piernas.

Pero cómo fajarse entre

esas palabras

bajo su hálito deslumbrante.

Tentativos borrones de sudor

responden a ganchos de izquierda,

me resulta fútil lanzar crosses

de derecha disueltos en el aire.

No dirijo más que inofensivas palmadas

a su penumbra siamesa.

Bajo los focos de este corral caliente,

retumba Hovik a toda Keuchkerian

reverberando en mí

la distorsión onírica de sí mismo.

Ásperos y benditos lectores

de mis ensueños se disgustan

en desdén de risotadas

a mis espaldas:

—¿Hoy te levantaste

y decidiste hilvanar garabatos?

—¡Payaso de feria!, ¡improvisador de sombras!

Yo, que no soy púgil nobel

en esto de la verborrea,

me levanto y pe…leo,

pelele y escribo, escribo y lucho

entrelazado con su presencia.

Pero él sigue –raudo, crudo, indescifrable–

y en pasmosa obstinación

desborda parafernalias de silogismos.

No entiendo nada, me siento estúpido

pero por otras razones

(ahí no hay nada que entender).

La necesidad acosa… ¿cómo salvarme?,

¿cómo mostrar pegada en gimnasios

de libros tras años de sacrificio?

Ya no emito más que bramidos

de erudición vaga. Lágrimas irascibles

desafían a la silbatina vergonzante

de befas, abucheos y rechiflas.

Hasta que llega mi mujer

a consolarme:

—¿Por qué lloras, si todo eso que escuchas

no es más que perorata?

—Porque lo que siento es verdad.

—Pues sácatelo inmediatamente de la cabeza.



65 visualizaciones1 comentario

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1件のコメント


lochoas
5月04日

Aquí se hace notar la lucha por la escritura. Se siente que así fue el proceso de escribir el texto

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