Nuquí
- acueval83
- 3 feb 2024
- 1 Min. de lectura

Bajo el cielo turbio,
desfilan las ballenas
y los barcos
(todavía parecen arrastrar
el moho de la esclavitud en su casco),
entre la espuma de unas olas
eternas como el mundo
agitadas por la caligrafía pegada
de los pargos.
Hay remolinos y cortinas
de verde enmarañado.
Y en el pueblo,
el diluvio que castiga
al insurrecto se ha quedado,
para siempre,
en sus calles enlodadas
como parques infantiles a medio hacer,
entre potreros y chamizos roídos
por el salitre y la metralla.
Porque la violencia
es la sombra del Chocó.
La misma sombra
que habita detrás de los árboles
cobija el conflicto de especies,
intereses y rituales distintos:
los secretos y las voces de la lluvia.
Pero esa lluvia también gobierna
la vida,
(más incomprensible,
más pura,
más intensa
por estar suspendida
en el aire).
Las sonrisas, las miradas
y el lenguaje de los cuerpos
se precipitan
al igual que el agua de arroyos
cristalinos entre
tambores y saxofones, micos tití,
motos, fusiles de asalto, vendedores,
uniformes,y puestos de pescado.
Los niños pescan en balsas,
brilla el sol en el ojo de un reptil,
y el litoral
vuelve a resplandecer,
esmeralda y oro,
como una alhaja africana.
Nuquí es un poema lleno de verdades, donde se relata sin tapujos la realidad que se vive en la costa pacífica colombiana. A mi me encantaría conocer las playas de Nuquí bueno realmente todo el pacifico, sus espesas selvas, el espectaculo de las ballenas, toda su cultura y mostrarle a el mundo que el pacifico colombiano es mas que violencia.
Abarca un gran territorio en muy pocas palabras
Angela, gracias por tomarte tu valioso tiempo y por la empatía del comentario.
Me gusta el poema porque refleja parte del dolor y el sufrimiento que sufren los pueblos y selvas debido a la guerra, dando a conocer los sentimientos de cada uno.