Shiva
- acueval83
- 24 feb 2024
- 1 Min. de lectura
Actualizado: 4 abr 2024

En esta Inglaterra desmesurada, exótica y tropical;
tan ajena al entendimiento,
lo único e indivisible
resbala en la superficie
y adorna con cenizas los deseos.
Así es que cabriolea Shiva entre elefantes,
saris y pulcritud humana
de cabello azafranado
mientras se encarna
en monos y hombres de negocios.
Danza, pues, este espectro desvaído
de lo eterno y lo sagrado,
en este caos lejano
a esperanzas y certezas
al cual le impone
su cadencia desenfrenada.
Su tercer ojo acecha industrias,
bailarinas errabundas, rascacielos y templos
destruyendo, como siempre,
para poder crear la nada y el todo.
Pero también mana
su presencia azulada
de entre niños que juegan cricket,
computadores, madres vaca, ferrocarriles
o ciudades palaciegas
habitadas
por placeres tallados en mármol.
Y aquí reside este ser divino
cuya existencia
depende de quien esto escribe pero que,
no obstante, es real.
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